miércoles, 27 de mayo de 2020

Bye Bye pañal

El otro día leí que con el buen tiempo son muchos los padres que aprovechan para intentar quitar el pañal a sus peques y que esto no debía ser así, que el pañal no se quita, que el pañal deben dejarlo cuando estén listos para ello. Y parece que esas son las dos únicas opciones a la


hora de de decirle adiós al pañal, o quitárselo a "la fuerza", o dejarles el tiempo necesario para que estén listos de dejarlo solitos, sin presiones ni prisas. Pero de la que apenas se lee es de una tercera opción, que es la que nos fascina en esta casa y la que hemos seguido con nuestros hijos, EL CONTROL NATURAL DE ESFÍNTERES.


Este "método" consiste al fin y al cabo en confiar en la capacidad que tienen nuestros bebés para conocer sus necesidades fisiológicas, y estar atentos a las señales que nos dan para atenderlas. Al igual que cuando vemos a un bebé chuparse el puño sabemos que tiene hambre, también podemos observar qué hace cuando tiene ganas de hacer pipi o caca y darle la opción de hacerlo fuera del pañal. Pensamos que al ser tan pequeños y no saber hablar ni andar, no son capaces de tener control sobre sus esfínteres y nos equivocamos. Tienen control sobre ellos y somos nosotros los que les acostumbramos a usar el pañal como orinal y pierden esa conexión con sus funciones fisiológicas y por ello luego toca volver a recuperar esa conexión que se perdió. .

Nosotros empezamos cuando el mayor tenía 6 meses y nos sorprendió como nos pedía con soniditos cuando quería ir al baño. Con el segundo empezamos a los 2 meses y con la pequeña a la vuelta del hospital. Es un ahorro importante de pañales, pero sobretodo es muy enriquecedor, pues estableces un vínculo de comunicación y entendimiento con tu hijo desde bien pequeño.

Nuestra pequeña ha tenido un control de esfínteres impresionante desde bien bebé, pues empezamos muy pronto con ella, pero algún que otro pipi hacía en el pañal. Ahora, a punto de cumplir 16 meses ya nos hemos despedido de él. .

Sin pañal, comiendo sola, haciendo sus pinitos cuando habla, haciéndose entender con gestos, imitando a sus hermanos, haciendo monerías, escalando y casi corriendo.... ¡Mi pequeña ya no es tan bebé!

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