martes, 31 de marzo de 2015

Cuchuflín aprende mientras mamá tiende

Hacer la cama, limpiar la casa, poner lavadoras, tender, destender, guardar la ropa, preparar la comida, ir a comprar... Además de disfrutar y jugar con cuchuflín, también intento que mi casa no se convierta en una leonera  y que mi querido maridín, que se va a trabajar mientras nosotros seguimos durmiendo plácidamente, tenga un plato caliente en la mesa cuando vuelva del trabajo.

Como ya os dije, trato de dejar total libertad de decisión a cuchuflín en aquello que quiere hacer en cada momento y que lo haga a su manera (siempre que no suponga un peligro y siguiendo unas reglas mínimas), y la verdad es que le encanta acompañar a mamá en las tareas de casa, se lo pasa bomba y ¡¡aprende muchísimo!!.

Hay quien piensa que los niños deben ir a la guardería ("¿Y no lo llevas aún a la guardería?", "¿y cuando empiece el cole, no irá mucho más atrasado que los demás?", "¡pero si el niño tiene que socializarse!"...) y para opiniones...colores. Yo estoy segura que mi hijo en una guardería no va a aprender más que en casa con mamá. Creo que las guarderías están hechas para que las madres puedan trabajar, porque un niño pequeño no necesita estar en un aula sentado aprendiendo, lo que necesita es jugar, correr, saltar, tocar, oler, observar con calma, experimentar...descubrir el mundo por si mismo acompañado de aquellos que más le quieren. 

Los niños tienen unas ganas innatas de aprender, y yo soy testigo de que viviendo el día a día aprenden a un ritmo vertiginoso.  Tanto es así que cuchuflín, con sus 17 meses, no deja de sorprenderme con las cosas que aprende de manera espontánea, sin hacer una actividad estructurada para ello (¡Y SIN VER LA TELE!), sino jugando y disfrutando con mamá cada día.


     
Ayudando a mamá
"¡verd!"
Cuchuflín quiere participar en todo, ya sea limpiar, cocinar, comprar o como ha sido el caso de hoy: tender. Por eso hemos intentado adaptar toda la casa para que él pueda colaborar. En este caso, como aún no tiene fuerza suficiente para poner él las pinzas, ayuda cogiendo las pinzas que hemos colocado a su altura y se las da a mamá. Hoy, conforme me las iba dando, me iba diciendo el color de la pinza en cuestión: blau, toig (roig), tanc (blanc), amon (marrón), verd...


"iual"
En un momento dado, ha cogido dos pinzas del mismo color y me las ha enseñado, a lo que le he dicho: "¡Son iguals!", y así ha empezado un nuevo juego para él, cuando hacía una nueva pareja me las enseñaba y decía todo ilusionado "¡¡iual!!". 


Para mi es maravilloso ver a mi hijo aprender cada día junto a mi, me llena de felicidad cada uno de sus descubrimientos, me contagia su satisfacción cuando hace o consigue cosas nuevas. Como podéis ver, para los niños cualquier ocasión es buena para aprender, y lo hacen sin darse cuenta y divirtiéndose si les dejamos crecer sin prisa, a su ritmo, en libertad.



¿Y vosotros, dejáis que vuestros hijos os ayuden en las tareas de casa?




No hay comentarios:

Publicar un comentario