miércoles, 16 de septiembre de 2020

La mejor sillita para la bici

Cuando cuchuflin era pequeño, hicimos un estudio de mercado de las distintas sillitas para llevarle en la bici, y así poder seguir haciendo deporte en familia y tras buscar y rebuscar dimos con la sillita perfecta.


Tras leer distintas opiniones vimos que uno de los problemas que tenían las sillitas era que si los nenes se dormían se les iba cayendo la cabeza y además, la mayoría van enganchadas por la parte de atrás del sillín de la bicicleta del adulto, cosa que no nos acababa de convencer, ya que entonces los niños tienen poca visibilidad, más allá de tu espalda que les queda pegada a la cara.

La sillita nos convenció por distintas razones:

- El niño va delante de ti, por lo que lo tienes siempre a la vista, puedes hablar y contemplar el paisaje juntos, "el viaje" se vuelve mucho más agradable para los dos.

- Es fácil de instalar: se engancha una barra al manillar y a la parte de abajo del sillín y sobre esta barra va la silla enganchada con una tuerca y unos arneses por la parte de abajo, por lo que es muy fácil de poner y quitar de la bicicleta, pues quitas la silla en menos de un minuto y dejas la barra puesta en la bicileta para cuando la quieras volver a utilizar.

- Tiene un reposacabezas por si el niño se duerme. De esta manera el problema de las cabezas "bailantes" cuando los niños se duermen yendo en bicicleta queda resuelto. Si se cansan o tienen sueño apoyan la cabecita en el reposacabezas y ellos a dormir mientras puedes seguir con la ruta sin sufrir por esas cabecitas.

- Crece con el niño. Tiene unos reguladores de altura para que los pies les apoyen correctamente y vayan cómodos siempre. 

- Es segura. Los niños van con un arnés de 5 puntos. Y la barra donde apoya la silla reparte el peso del niño y no pierdes estabilidad cuando vas en marcha. Y por supuesto llevar a los niños con casco.

- Puedes empezar a  utilizarla muy pronto (en cuanto el niño sabe sentarse él solito) y te dura hasta los 4 años aproximadamente.  


Nosotros la hemos usado desde los 7 meses de cuchuflin. Con pillisquin empezamos a los 6 meses.  Más tarde nos la robaron y la compramos de nuevo, porque aunque supone una inversión y no es la silla más barata del mercado, realmente creemos que se le saca partido y que no hay sitio mejor para los niños que "arropados" delante de sus padres y poder ver y recorrer el mundo juntos.


La niña bonita de la casa va loca con la bicicleta, y nos pide cada dos por tres que le llevemos de paseo en la "bichi". Ayer fuimos a dar una vuelta todos con la bici, y esta mañana nada más levantarse se ha cogido el casco y la sillita para que la lleváramos de paseo de nuevo.

Si no tenéis sillita para llevar a vuestros peques y sois de los que os gusta hacer deporte y compartir momentos especiales con ellos, os animo a que la probéis.

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